Como ocurre con los placeres sutiles, que se te van metiendo en el cuerpo sin que te des cuenta, hasta que te los quitan y entonces descubres lo dentro que han calado, no ha sido hasta la vuelta cuando he empezado a darme cuenta de lo bien que se estaba tumbado en la orilla, mecido por las olas... Una semana para repetir.
En este bonito pueblo del Algarve portugués pasamos una noche y una mañana, disfrutando de su pasado árabe y, como siempre, afotando todo lo que podiamos. Algunas muestras.
Por fin, después de mucho tiempo dandole vueltas (como siempre) , pero sin hacer nada (como casi siempre), me lanzo a crear mi blog particular, para ir compartiendo andanzas, fotografias, y lo que surja. A disfrutarlo